lunes, septiembre 28, 2015

"¡Es un coche alemán!": pues vaya...

Hay ocasiones que los eslóganes publicitarios para ayudar a vender un producto pueden volverse en contra de otros, del mismo segmento, que han manipulado alguno de sus elementos para conseguir mayor cuota de ventas, aparte claro está de poner en evidencia lo peligroso que puede resultar, para ciertas industrias, alardear de responsabilidad corporativa - algo que se ha puesto muy de moda en los últimos años entre grandes Corporaciones empresariales - y luego hacer de su capa un sayo engañando sin el menor pudor a los posibles compradores...

Y esto es lo que con el escandaloso fraude cometido por la firma Volkswagen, muchos de cuyos automóviles que montan motores turbodiesel de 1.6 y 2 litros, cuyo software truca las emisiones de gases contaminantes, han puesto en jaque a dicha empresa y en buena medida la sospecha generalizada sobre la propia industria del país donde esta radica por lo que no deja de resultar chocante en estos momentos de crisis e incertidumbre que por la televisión una modelo rubia alemana nos diga, una y otra vez, aunque sea anuncio de firma automovilística de la competencia: ¡es un coche alemán...!

Pués vaya un chasco, señora. Si algo le faltaba a esta historia de engaño, detectada por la Agencia de Medio ambiente de los Estados Unidos a la que una ONG norteamericana hizo llegar su sospecha sobre el posible fraude de ciertos vehículos Volkswagen, era el dichoso anuncio del perfeccionismo de los fabricantes alemanes que ha quedado por los suelos por la manipulación de unos coches amparados por la misma bandera...

Veremos finalmente en que queda todo este asunto, pero el lío está servido

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