Uno no puede explicarse como es posible que unos padres, juntos o por separado, decidan eliminar a un hijo recién llegado al mundo y no tengan otra ocurrencia mejor para ello que introducir una mochila dentro de una bolsa de plástico y arrojarla a uno de esos pestilentes contenedores subterráneos que, de unos años a esta parte, proliferan por nuestra ciudades para que en ellos - al igual que en los de superficie - se deposite la basura. Ya digo, uno no entiende como esto puede suceder y a pesar de ello, así es como acaba de repetirse en España hoy mismo...
¿Locura? ¿Desesperación? ¿Absoluta carencia de los mínimos valores éticos?. ¿O quizá todo ello amalgamado en una forma de pensar y en una manera de actuar que, por desgracia, cada vez se hace mas patente en esta sociedad consumista, materialista, indiferente, ácrata en la que por lo visto, a ciertas personas les da todo igual y por eso no tienen el menor reparo en cometer felonías como la que comento en el párrafo anterior y que, ya digo, no es la primera vez que ha sucedido en nuestro país.
Y ante hechos semejantes, ante ese bebe con pocas horas de vida - al que además y como han podido comprobar los médicos en un primer examen - su madre o alguna otra persona había alimentado antes de tirarlo literal y realmente a la basura, uno no puede por menos que experimentar, además de un profundo rechazo, una absoluta sensación de asco y de temor al comprobar hasta que punto puede llegar la bajeza de algunos humanos para equipararse a los seres mas abyectos del universo irracional en el que, no pocas veces, suele incluso encontrar uno ejemplos mas dignos de comprensión...
¿A que punto está llegando esta sociedad que es capaz de semejante canallada?
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