viernes, julio 10, 2015

Incendios...

Está claro que por las temperaturas extremas que estamos soportando, prácticamente en toda España, este verano se ha iniciado con el riesgo cierto de que nuevamente volvamos a padecer incendios, esa plaga bíblica que cada año quema nuestro país por los cuatro puntos cardinales, ocasionando cuantiosos y a veces irreparables daños que se llevan por delante, además de hectáreas de bosques, cultivos y pastos, no pocas vidas humanas que por supuesto es siempre de lamentar...

Y ya digo, este año, cuando apenas nos encontramos aún en las primeras semanas del estío, estas altísimas temperaturas unidas a la imprudencia de algunos, la chispa imprevista de una máquina que trabaja en el campo, el aparato eléctrico de una tormenta y desde luego la criminal obsesión de algún pirómano chiflado ha provocado ya, por el norte y por el sur de la vieja piel de toro, graves y resistentes incendios que no solo han puesto en peligro el patrimonio común sino, lo que es peor, la vida y la hacienda de bastantes poblaciones cuyos vecinos han tenido que ser evacuados para evitar consecuencias peores.

No cabe duda que en la prevención de incendios es mucho lo que se ha avanzado en nuestro país en los últimos años y por supuesto que en la propia lucha contra el fuego no solo se ha logrado una mayor eficacia sino que los medios se han incrementado exponencialmente, como se puede comprobar cada vez que uno de estos se produce. Incluso en la conciencia de los ciudadanos con respecto a este grave problema, la verdad es que se han dado también tanto cualitativa como cuantitativamente importantes pasos, pero lo cierto es que no se acaba de lograr el objetivo de la erradicación - que quizá sea imposible - de este gravísimo problema que España padece, especialmente cada verano...

Pero no por ello hay que bajar la guardia...

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