Las noticias sobre la proclamación de la actual Consejera de Presidencia, de la Junta de Andalucía, en ese remedo de "Primarias" organizado por el señor Griñán - "Pepe" para sus amigos y correligionarios, según se nos dijo en algún momento - hablan de que ha conseguido alrededor de veintidós mil avales en apoyo de su candidatura y que esa cifra supone, aproximadamente, el cincuenta por ciento de toda la militancia de los socialistas en la Comunidad autónoma, lo cual me lleva a preguntarme si tan pocos - hablaríamos de unos cuarenta y cinco mil militantes, mas o menos en toda la región - pueden ser suficientes para controlar durante treinta y cinco años - desde que Plácido Fernández Viagas alcanzara la presidencia de la Junta andaluza -, una parte de España que cuenta con una población de cerca de ocho millones y medio de habitantes, pero al parecer así es y así ha sido, lo cual desde luego tiene mérito...
Y es que a semejante hegemonía socialista, apoyada unas veces por los extintos andalucistas y ahora por Izquierda Unida, no ha sido capaz hasta la fecha de ponerle coto ninguna otra fuerza política y especialmente la derecha - sea dicho sin ánimo de menosprecio - capitaneada por el incombustible señor Arenas que se fué pero no se fué, y que por lo que se ve sigue desde la tramoya tratando de dirigir, con evidente poco acierto desde luego, a los conservadores que, curiosamente en la última convocatoria electoral, fueron los triunfadores en las urnas pero no obtuvieron la necesaria mayoría absoluta para poder gobernar.
Ante esta inexplicable realidad, de un pueblo de ocho millones y medio de habitantes, al que desde hace mas de tres décadas manejan - según se nos ha revelado ahora - apenas cincuenta mil socios - llamados militantes - uno la verdad es que se queda ciertamente perplejo y se pregunta si en algún momento la ciudadanía tomará conciencia de la realidad en la que vive y reaccionará para tomar el control de la situación, porque lo que ahora se acaba de producir es la resolución de unas virtuales "Primarias" del partido hegemónico en Andalucía, que naturalmente es un asunto interno del mismo, pero a corto o medio plazo de esta proclamación puede derivarse, nada mas y nada menos, que la candidatura a la Presidencia de la Junta de Andalucía. Casi nada...
Y no es que uno abogue por soluciones drásticas o "primaveras árabes" - que ya se ve para lo que han servido hasta la fecha - al hablar de la toma de conciencia por parte de los andaluces y de su reacción para tomar el control de esta singular situación, pero esto que se deduce de las cifras anteriores, al menos debería movernos a una profunda y urgente reflexión.
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