viernes, junio 28, 2013

Tocado...¿hundido?

Como en el célebre juego de los barcos, en algunos acontecimientos de la vida política nacional española se le vienen a uno a la memoria esas expresiones relacionadas con dicho pasatiempo, y aunque mediáticamente y en las propias manifestaciones de los representantes de los partidos o las organizaciones - sindicatos, empresarios, etc. - se percibe claramente que la respuesta es algo así como disparo fallido, es decir: ¡¡agua!!, lo cierto es que también a la citada memoria se nos vienen enseguida esas dimisiones ocurridas en otros lugares del mundo, y entre ellos de nuestra vieja Europa, precisamente ante situaciones semejantes o parecidas, por un quítame allá esas pajas; vamos, sencillamente por haber copiado en un exámen, al contrario que aquí, donde dimitir, lo que se dice irse a su casa, no lo hace ni Dios...

Inevitablemente, ante tantos casos de corrupción, ante tantos Eres fraudulentos, ante tanto dinero depositado en la Banca suiza, sin que se sepa muy bien su procedencia y especialmente su destino, ante tanto desatino en declaraciones políticas y sobre todo en decisiones que afectan a la salud o la educación pública, ante tanto viaje gratis total de ciertos destacados miembros de la clase política gobernante, ante tantos sobresueldos, ante tanta designación dedocrática, de lo que nadie parece dar explicaciones se viene a la mente, enseguida aquello de ¡¡Tocado!!, pero inmediatamente también surge - como pregunta - los responsables de semejante situación quedan ¿¡¡Tocados!!?.

Y al parecer no es así ya que si fuera lo contrario a lo peor teníamos que convocar urgentes oposiciones para cubrir tanto puesto, tanta responsabilidad como podría quedarse vacante si se adoptara en España la fórmula seguida en otros lugares del mundo, ya comentada, de la dimisión irrevocable como consecuencia de ser pillado alguien en un engaño, en una práctica política abusiva, en una arbitrariedad e incluso en un pecadillo que por ahí para estas cosas parece que son bastante mas consecuentes y serios que en nuestro país...

Pero sigamos jugando a los barcos que a lo mejor algún día el torpedo (es solo una alusión)  le da a algunos en toda la línea de flotación y acaba mandándolos al carajo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Don Andrés, don Andrés...
Le veo indignado y lenguaraz.
¡Ud. tan comedido siempre! Ay, ay.