sábado, marzo 30, 2013

El cambio de hora de Primavera

Esta costumbre de cambiar la hora, dos veces en el año, para adaptar el reloj a la luz solar que muchos consideran como una oportunidad importante  de ahorro, es sin embargo criticada por no pocas personas que estas modificaciones las estiman como un evidente perjuicio para la salud, al significar un trastorno en el ritmo vital que solo se supera con el paso de los días, cuando nuestro cuerpo de vuelve a adaptar a la nueva regulación horaria a la que todos nos vemos sometidos con estos cambios, tanto el de la Primavera como el del Otoño...

Pero así son las cosas y esta normativa que ya antes se aplicaba pero que ahora obedece a un mandato de la Comunidad Europea vigente desde 1981, que es la que ha fijado el último sábado de marzo y el de octubre, para efectuar dichos cambios, tiene como positiva consecuencia el ahorro para las arcas del Estado pero muy especialmente para la economía de las familias y que en cuanto a consumo de energía viene a representar alrededor de un cinco por ciento, de acuerdo con los datos que al respecto ha facilitado el Instituto para la Diversificación y el Ahorro energético.

Así que aunque resulte algo molesto, al menos hasta que nuestro cuerpo se vuelva a adaptar, parece que esta costumbre que se iniciaba con la crisis del petroleo a mediados de la década de los años setenta es conveniente a efectos de ahorro para las familias y por supuesto para los Estados y por tanto que la incomodidad pasajera que pueda ocasionar se debe dar por bien empleada...

Pero sobre todo y precisamente por ello, no olvide usted amigo lector/a antes de irse a dormir cambiar los relojes que tenga en casa, para evitarse mañana por la mañana la desagradable sorpresa de llegar tarde a algún sitio donde deba acudir.

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