sábado, noviembre 10, 2012

Todo se mueve para que nada cambie

Se ha pedido a gritos en las calles de toda España, se hace repetitivo eco de norte a sur y de este a oeste, lo proclaman - a veces con la boca chica -  algunos partidos políticos, especialmente los que cuentan con una menor representación parlamentaria, es tema sin duda de todas las conversaciones de trabajadores, amas de casa, estudiantes, pensionistas y desempleados, pero aunque por días, en alguna ocasión por semanas, se convierten en tema prioritario para la opinión pública y de ellos se habla en el Congreso o en el Senado, también en las Cámaras autonómicas, lo cierto es que va pasando el tiempo y, mas o menos, todo sigue igual que antes...

Y es que, según han comentado ya bastantes analistas de nuestra vida política, se dice que en España todo se mueve - o al menos lo parece - para que nada cambie y esa es, evidentemente, la gran preocupación de la gran mayoría de los ciudadanos que lamentan que un cambio de gobierno y de criterios ideológicos al frente del Ejecutivo no se concrete, un año después de producirse, en cambios profundos, necesarios, urgentes como lo sería el acometer la reorganización de nuestra mastodóntica administración, la revisión a la baja de los emolumentos que reciben miles de políticos que han hecho de su actividad mas que un servicio, un empleo remunerado, el control estatal de la banca que no cumpla, la supresión de tantos miles de organismos repetitivos e innecesarios o la de subvenciones a sindicatos y partidos políticos a los que, al menos, debería aplicarse ya una mayor reducción de lo que perciben del Estado, que no es poco.

Es decir, que todo se mueva para cambiar todo cuanto exige un verdadero cambio y poner a nuestro país en disposición de superar la grave crisis que le atenaza, que permita la creación de riqueza y con ella también y necesariamente de puestos de trabajo y que contribuya a modificar ciertos comportamientos y vicios que se han instalado entre nosotros entre los que uno no menor es la creencia generalizada de que hay derecho a recibir la prestación gratuita de servicios y beneficios, como si la financiación necesaria para mantener ese llamado y falaz estado del bienestar nos viniera, como el maná generosamente del cielo y eso, como ya se está pudiendo comprobar no es mas que la gran mentira con la que se ha comido el coco a una buena parte de nuestra ciudadanía...

Por eso es mas que nunca necesario que todo se mueva para que todo cambie, pero de verdad.

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