Lo ocurrido en Madrid, en la fiesta del Halloween, que de momento se ha saldado con el terrible balance de cuatro muertes, es sin duda la consecuencia de montar un espectáculo sobre ajenas costumbres y no tomar las medidas necesarias para que finalmente todo transcurriera con normalidad y sin riesgo para los miles de asistentes a dicha fiesta que se vieron envueltos, por imprevisión negligente, por exceso de afluencia, por falta de efectivos encargados de la seguridad de las personas y del propio recinto, por nulo control sobre elementos que podían ser causantes de lesiones o sobresaltos de cuantos allí estaban, en un auténtico tumulto en el que se vieron finalmente envueltas las chicas fallecidas...
Ahora, claro está, el Ayuntamiento de Madrid se apresura a manifestar que ninguno de sus equipamientos será utilizado en el futuro para macro fiestas de este tipo, la Policía dice que hace años ya entregó un informe que denunciaba graves deficiencias del recinto de Madrid Arena, los organizadores de esta fiesta de la muerte niegan que se vendieran mas entradas de las permitidas por la ley para el citado recinto y cada cual que pudiera tener relación con este triste asunto mira para otro lado, posiblemente como el resto de una sociedad donde estas tragedias duran lo que las imágenes del entierro de cuatro jovenes en las pantallas de televisión...Unos segundos, apenas.
Lo cierto es que no ha sido la primera vez de algo parecido y mucho nos tememos que tampoco será la última, ya que la perniciosa costumbre de nuestros jovenes, tolerada y aceptada por todos nosotros, de reunirse en pandillas tantas veces incontroladas y de regar generosamente con alcohol estas concentraciones, en las que en mas de un bolsillo se lleva una navaja, suele deparar tristes consecuencias como la que hoy comentamos en este Blog para verguenza del conjunto de la sociedad de la que formamos parte...
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