Poca confianza inspiraba la convocatoria para tratar de encontrar remedio a las consecuenciaas del cambio climático y, desgraciadamente, el resultado final ha venido a confirmar lo que incluso antes de comenzar ya se temía: Otra oportunidad lamentablemente perdida y otro desengaño para quienes esperan aún que algún día la conservación del planeta, la defensa del medio ambiente, la reducción de gases invernadero sean posibles y prevalezcan sobre los intereses de paises, multinacionales e incluso organizacíones pretendidamente ecologistas que, por intransigencia, provocan enfrentamientos que a nada conducen...
Y así ha sucedido en la llamada Cumbre del Clima, celebrada recientemente en Copenhague que, como ya queda apuntado, ha resultado un tremendo fiasco y salvo reunir en la capital danesa a un elevado número de representantes de países, organizaciones gubernamentales, etc. con el consiguiente dispendio económico, solo se ha caracterizado por la negativa de las naciones desarrolladas a ceder en determinadas cuestiones, por el rechazo de las que se encuentran en vías de desarrollo a todo lo que no fuera exigir ayudas y desde luego, como ya se ha insinuado antes, por los planteamientos maximalistas y tantas veces irreales de quienes se proclaman únicos defensores del planeta.
Total, un fracaso en toda regla que nos condena a esperar nueva convocatoria, dentro de uno o dos años, para volver a hablar de lo mismo y no encontrar, de una vez, solución al problema ya que por encima de la defensa de la tierra aquí - hablo en general del mundo llamado civilizado - lo que importan son los intereses particulares de determinadas naciones y desde luego de no pocos grupos de presión.
Total, que Copenhague ha sido tristemente otra oportunidad perdida...y así nos va.
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