jueves, enero 07, 2010

La moderna Babel

Con el monstruoso edificio que acaba de inaugurarse en el Emirato de Dubai parece como si, otra vez, quisiera la humanidad recrear el bíblico relato de la Torre de Babel, en cuya orgullosa construcción Yahveh castigó al hombre por su osada locura de querer alcanzar el cielo ladrillo sobre ladrillo...
Y no es que a quien esto escribe le causen rechazo semejantes alardes de la ingeniería o que, con edificios como el que da origen al presente comentario, manifieste la sociedad actual su afán de progreso o de modernidad, pero inevitablemente al contemplar esta estructura de casi novecientos metros de altura, cuyos cimientos se hunden en la tierra otros cincuenta, ha tenido la sensación de que el hombre podría estar situándose en el límite de la confrontación con la lógica y la razón.
Desde luego que esta torre Khalifa, de Dubai, en la que cada veinticinco plantas existen refugios resistentes al fuego, en la que se han empleado mas de trescientos treinta mil metros cúbicos de hormigón y cerca de treinta y una mil quinientas barras de hierro, amén de veintiseis mil metros cuadrados de paneles de cristal, cortados a mano por operarios chinos - ¿quién si no? - es una auténtica maravilla de la tecnología y la arquitectura contemporánea, pero ¿no es acaso una clara provocación a la razón que un Emirato, que apenas cuarenta años atrás no pasaba de ser una villa pesquera, cuya economía se encuentra bajo mínimos, se haya empeñado en poseer el edificio más alto del mundo? Al menos, lo parece.
Y está claro que el progreso exige imaginación e iniciativa, incluso demanda tantas veces riesgo, pero con este "punto mas alto del mundo construído por el ser humano" como proclamara en el acto inaugural el Emir de Dubai, el autor de esta bitácora no puede evitar experimentar esa indefinible sensación de desasosiego que provocan siempre iniciativas como esta.
De todas formas, que esta torre Khalifa tenga un futuro feliz...

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