viernes, enero 29, 2010

La Universidad de los mayores

De unos años a esta parte, la mayoría de las Universidades españolas han incorporado a su oferta educativa los cursos dirigidos específicamente a los mayores a los que estos han respondido mayoritaria y entusiásticamente, hasta el punto de que son numerosísimas las personas de ambos sexos que cursan tales estudios, que por los pasillos de las facultades donde los mismos se imparten es habitual contemplar entremezclados a los jóvenes estudiantes con quienes han decidido ahora, tras la jubilación o estando esta cercana, aprender más y que incluso, al menos en Andalucía, se ha llegado a constituir una Federación de Asociaciones de Aulas Universitarias de Mayores que lleva a cabo diversas iniciativas complementarias de dichas enseñanzas, tales como la publicación de una revista titulada "Madurez Activa"...
Ciertamente que es esta una iniciativa realmente valiosa y que imprime un carácter de renovación y modernidad a una institución tan clásica como la Universidad, que tal vez por abrir las puertas a quienes, en su día, a lo mejor tuvieron que aplicarse en la actividad laboral y no pudieron seguir con sus estudios, ha merecido la mejor de las acogidas por quienes son destinararios directos de la misma, todo ese amplio universo de personas que en la etapa de madurez de su vida han decidido mejorar o completar sus conocimientos.
Es este, además, un signo evidente del progreso de una sociedad que comienza, aunque sea tímidamente, a conceder valor a aquellas cosas que de verdad lo tienen y que duda cabe que la formación, el aprendizaje, se encuentra en lugar destacado en la escala de valores que todos nos hemos marcado en nuestra vida.
Ahora, en este campo de la educación y aunque en otra escala, lo que nos queda es concertar, consensuar, pactar o como ustedes quieran llamarlo, un marco de referencia para nuestra enseñanza, de principio a fín, que evite bandazos, cambio de planes, sectarismos e intentos de regularla ideológicamente, garantizándose de esta manera que cada poco ni padres, ni enseñantes ni alumnos sepan muy bien a que atenerse, como sucede en la actualidad...
Y sería tan fácil lograrlo como ponerle un poco de imaginación y sobre todo mucha generosidad.
¿O no?

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