lunes, enero 04, 2010

Agua desembalsada = agua desperdiciada

Naturalmente cuando la lluvia se hace tan persistente como en estos días, cuando el volumen del líquido elemento caído supera las previsiones más lógicas, parace que no queda otro remedio, para evitar males mayores, que abrir las compuertas de los pantanos y dejar salir, por los aliviaderos, todo el agua que un embalse no es capaz de almacenar, sin que su estructura corra serio peligro, lo que sucede siempre que un régimen de lluvía como el actual se instala sobre una determinada zona geográfica, en este caso, Andalucía y especialmente las provincias de Cádiz y Sevilla...
Pero siempre que esto ocurre, uno no puede por menos que pensar que ese agua desembalsada - cuyas secuelas siempre afectan a barriadas marginales, asentamientos rurales legales o no, zonas próximas al cauce de los ríos - es lamentablemente agua desperdiciada que, tal vez, habría servido para paliar su escasez en determinadas zonas en las que las consecuencias de la sequía o de la sobre explotación de los recursos hídricos - léase el Parque Nacional de Doñana - es bien patente e incluso llega a amenazar su propia existencia.
Por eso es triste ver como se abren los pantanos, para evitar males mayores desde luego, y comprobar como ese oro líquido que dejan escapar se pierde irremisiblemente en el mar, sin otro beneficio que el que pudiera derivarse del propio ciclo vital de la naturaleza.
Y en un país como España, cuya distribución hídrica es tan irregular, cuyo régimen de lluvias es ciertamente tan peculiar - mucho en el Norte, nada en el Sur - es verdaderamente un despilfarro que ese agua excedente de la lluvia se tire al mar, sin abordar determinadas obras de infraestructura hidraúlica, por muy costosas que pudieran resultar, que permitieran un mejor aprovechamiento del líquido elemento en situaciones como la que actualmente estamos viviendo...
Ese tipo de actuaciones si que sería, sin demagogia de ningún tipo, contribuir a la conservación de la naturaleza.

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