A veces, por un pequeño detalle - que en este caso no es precisamente menor el asunto - uno se queda y eso es lo que le está ocurriendo al Gobierno de España, literal y prácticamente "con el culo al aire" y es que por muchas vueltas que se le quieran dar, por mucha palabrería diplomática que se utilice, el asunto de la activista saharaui Aminatu Haidar, en huelga de hambre en la terminal del Aeropuerto de Lanzarote, desde el pasado domingo, ha puesto en un serio problema de credibilidad al ejecutivo español frente a la opinión pública internacional y, especialmente, ante la de los Estados unidos, ¡tan amigos nuestros ahora!, donde su lucha por la libertad del Sahara Occidental ha merecido diversos reconocimientos...
Es decir, que menos hablar de violencia contra la mujer, o también de Igualdad de géneros, para después permitir que Marruecos expulse de su territorio con dirección a España a esta mujer, tras privarla de su Pasaporte, y mirar para otro lado, por mucho que se quiera vender una acogida humanitaria, mientras ella mantiene, como única forma que le queda para protestar, una huelga de hambre que amenaza seriamente su salud.
¿Es esa la manera de mostrar como se concibe por parte del Gobierno la defensa de la integridad de la mujer? ¿Esa la forma de demostrar su i-gu-al-dad con respecto a los demás seres humanos?
¿Nada tiene que decir nuestro Gobierno ante la actitud del de nuestro vecino Marruecos, con relación a la situación del Sahara y de sus habitantes?
Por lo visto, dar excusas poco consistentes mientras Aminatu languidece en la terminal de un aeropuerto porque no se le permite regresar a El Aaiún, como es su deseo...y su derecho.
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