Buena iniciativa, como dice en su bitácora, mi compañero José Luís Garrido la de los periódicos de Sevilla de solicitar a sus lectores el envío de mensajes dirigidos al Cardenal Amigo Vallejo, en la hora de su despedida. Significativo también uno de los "ladillos" con que Diario de Sevilla explicaba, en una primera edición digital, alguna clave de esta sustitución al frente de la Iglesia hispalense, versión que prontamente sería retirada. Normal, en su habitual estilo de gracioso oficial de cierta Sevilla, el artículo incluído, como no, en el ABC del que un día fuera eliminado, de Antonio Burgos y magnífico el análisis de Carlos Colón, en las páginas de Diario de Sevilla, sobre el dilatado episcopado de fray Carlos, al que algunos califican muy negativamente, lanzando diatribas - la mayoría desde el anonimato de los portales y blogs de Internet - y otros enjuician como notablemente fructífero...
Y todo ello, como lógica consecuencia de lo que acaba de suceder y se temía desde que hace un año, sorpresivamente, sin la menor consideración a la ausencia del Cardenal de su propia Diócesis, enmedio de un run run de maniobras de cierto purpurado para propiciar el cambio y con ataques despiadados a su gestión en foros cibernéticos entre los que cabe citar el Portal "Religión Digital" a cargo de un bloguero que uno no se explica como puede arrojar su inquina contra determinados Obispos, entre ellos Amigo Vallejo, y presumiendo de cristiano olvida que en la Iglesia a la que él dice pertenecer "cuando te abofeteen una mejilla..." tienes las obligación de "...poner la otra".
Lo cierto es que en todo este asunto nada ha quedado tan claro como que la sustitución del anterior Arzobispo de Sevilla ha transgredido toda norma de comportamiento de la Iglesia católica, en estos asuntos, por mucho que se quiera decir ahora de cordialidad y acogida por quién llega y quién se marcha y aunque en su día se tratara de vender que el nombramiento de un sustituto había sido solicitado por el hasta entonces titular de la Archidiócesis...
Y con estas cosas, que la gente sencilla, normal, no vinculada con cenáculos, no acaba de entender, la imágen que se ofrece de la propia Institución es ciertamente confusa, incomprensible y desde luego alejada de la cotidiaa realidad en la que vivimos.
Total, que en Sevilla - entre buenas palabras que suenan a huecas - Consomatum est...
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