El resultado de las últimas elecciones autonómicas y municipales ha deparado - ya se veía venir a través de la profusión de encuestas previas que lo anunciaban - una fragmentación del voto que, aparte impedir al PP mantener el gobierno en la mayoría de las Comunidades que hasta ahora controlaba, apunta también a que lo desalojará de un elevado número de Ayuntamientos en los que igualmente ejercía el gobierno por mayoría absoluta y en los que previsiblemente y a manos de coaliciones de izquierda pasará a la oposición para los próximos años...
Esto en nuestra Democracia no es nuevo y ya sucedió precisamente en la primera ocasión en que Autonomías y sobre todo Ayuntamientos debieron acudir a las urnas para elegir a sus representantes, dándose en aquella ocasión un resultado bastante similar al que ha deparado la última consulta en la que en alguna ciudad serán hasta siete las formaciones políticas las que conformen su Pleno y en la mayoría de los casos no menos de cuatro o cinco lo cual, evidentemente y por mucho que ahora se diga - como se dijo ya entonces - complica sobremanera la formación de un gobierno estable, aparte claro está las rencillas y rivalidades personales o ideológicas que también las hay entre Partidos y entre candidatos o esa anti democrática costumbre que se ha instalado en España de ciertos personajes que se irrogan una atribución que nadie les ha concedido de excluir del poder a alguna formación política o algún sector del espectro ideológico. ¡Demócratas que son ellos...!
Ya digo que esto pasó en 1979, deparando una primera legislatura compleja, ineficiente, asamblearia de la que pronto afortunadamente darían cuenta los ciudadanos enviando a sus casas a quienes se empeñaron en convertir las sesiones municipales en debates permanente y en fuente de enfrentamiento entre las ideologías representadas en dichas reuniones, salvándose de semejante situación unas pocas poblaciones donde algunos de sus políticos decidieron llevar a cabo en común su trabajo en beneficio de los ciudadanos y de la ciudad por lo que en siguiente convocatoria electoral serían recompensados con la mayoría absoluta, caso vivido precisamente en la población desde la que escribo estas líneas...
¿Ocurrirá ahora lo mismo?. De momento el escenario resulta muy parecido...
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