No es la primera vez que ocurre y me temo que tampoco será la última, mientras estén en las manos de los que gobiernan su formación política, pero otra vez el Partido Popular ha ganado unas elecciones cuyo triunfo no le servirá prácticamente para nada ya que enfrente - en el margen izquierdo del espectro ideológico - todos están por la labor de ponerse de acuerdo para que el PP no logre gobernar en aquellos lugares - la mayoría - donde ha conseguido mas votos y por tanto escaños o concejalías que los demás aunque no sean las suficientes para alcanzar el poder efectivo para los próximos años...
Naturalmente esto es consecuencia, sobre todo, de que el electorado así lo ha querido y eso, en Democracia, es razón suficiente para que los Populares cojan sus bártulos y se marchen a sus casas a reflexionar sobre las razones que los han privado del ejercicio del poder en Ayuntamientos, Diputaciones y Autonomías aunque ahondando un poco mas en ellas habría que concluir que, recortes aparte - que vinieron impuestos a sangre y fuego por Europa - el argumento principal para no votarles lo suficiente ha estado sin duda en tratar de hacer como si no fuera con ellos en el turbio asunto de la corrupción que afecta muy seriamente a su partido y, encima, no dar la cara ante los ciudadanos.
Algo de esto, además, ha sucedido también en la noche electoral de ayer domingo, cuando el supuesto líder del PP ni siquiera se dignó comparecer ante el descalabro, no solo reconociendo el estrepitoso fracaso imputable en gran medida a el mismo sino que tampoco tuvo una palabra de gratitud y sobre todo de apoyo a la militancia de su formación, que muy bien que lo merecía aunque solo fuera por haberle soportado sin una palabra de queja ante tantas obstinaciones y errores políticos como ha cometido en estos cuatro años...
Es decir, una victoria inútil, como la obtenida en Andalucía hace cuatro años, que solo les servirá para irse con una triste sensación de amargura a sus casas. Y ¡ojo! que el votante natural que hasta ahora ha sido suyo podría encontrar en una formación emergente, en el futuro, el recambio para seguir apoyando la opción ideológica de su preferencia, como ya pasara con la extinta Alianza Popular...
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