lunes, mayo 11, 2015

Una Feria excesiva.

Es habitual, especialmente por Andalucía, la celebración de las llamadas Ferias, algunas de las cuales nacieron de lejanos privilegios reales que el monarca de turno otorgaba a muchas ciudades para promover la venta de ganado y otros productos propios de cada zona y desde luego para solaz de sus vecinos y habitual ha sido también que dichas fiestas locales se concentraran en tres días, que años mas tarde pasaron a cinco para permitir al conjunto de la población el disfrute de las mismas pero que en Jerez, por ocurrencia aún cercana en el tiempo se prolonga durante toda una interminable semana; demasiado para el cuerpo que diría el castizo y desde luego para la resistencia de los exhaustos bolsillos de los ciudadanos en los tiempos que corren...

Y es que siete días con sus siete noches, con su añadido de las vísperas que ya se inician en algún caso el viernes anterior y por supuesto el sábado y el domingo del alumbrado acaban con cualquier propósito de resistencia humana especialmente en lo concerniente a la cartera y terminan convirtiendo en lo que antes era un ejemplo de medida y elegancia, un arquetipo de Feria andaluza con mayúsculas, en una clara muestra de que tiene que haber feria porque si, haga viento o calor, esté la cartera tiesa o los cuerpos no aguanten mas el cansancio, aunque sobre todo esto claro está los jartibles - que haberlos haylos - digan que así está muy bien y que deberían ser incluso mas días, que de todo hay en la viña del Señor. Y algunos yo conozco.

Esto de la Feria de la larga semana, que los jerezanos han tenido que inventarse para poder rellenar semejante dislate - el día de la mujer; la comida con los del trabajo; la rebaja de los "cacharritos" - que después resulta que no es tanta - aunque fuera ocurrencia de un Alcalde de la ciudad, para que la de Jerez superara a la de Sevilla - que también se dijo y ahí está la hemeroteca para corroborarlo - es un auténtico despropósito que resta mas que suma y que ha metido a nuestro incomparable festejo en torno al caballo en una evidente mediocridad...

Una verdadera lástima, pero eso - como diría un amigo mío - es lo que hay...

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