jueves, febrero 05, 2015

Bárbara iniquidad.

Faltan desde luego las palabras para calificar semejante muestra de barbarie, de inexplicable crueldad, de loco fanatismo ante las terribles imágenes de un ser humano quemado vivo, dentro de una jaula de recios barrotes, tras ser previamente rociado con gasolina para que muriera achicharrado en un ejercicio de dudoso origen religioso aunque con tal excusa quiera ser disfrazado en una llamada guerra santa contra las fuerzas del mal de occidente a las que por lo visto pertenecía el piloto jordano inmolado por estos genocidas del que incluso los Medios informativos de aquí llaman Estado Islámico...

No es la primera vez que estos guerreros santos muestran su irracional odio y sin ir mas lejos bastará recordar los atentados de las Torres Gemelas en Nueva York, los explosivos en varios trenes de cercanías de Madrid, el ataque al Metro de Londres o mas recientemente el salvaje asalto a la revista satírica francesa donde murieron tiroteados varios periodistas y dibujantes de dicha publicación por haber publicado una caricatura del Profeta Mahoma, pero con lo sucedido ahora con el asesinato del militar jordano, que tuvo la desgracia de que al ser derribado su avión fuera a caer en territorio dominado por el llamado EI, se han rebasado todos los límites de la crueldad, de la maldad humana, si es que los autores de la misma pueden ser considerados como miembros de este género.

La reacción del mundo entero ha sido de espanto ante esta bárbara iniquidad que abre además la puerta a la respuesta de revancha por parte de los familiares del mencionado piloto jordano, de su propio País - que ya ha ejecutado a dos terrorista que tenía detenidos - y del mundo civilizado, aunque tal vez eso es lo que vayan buscando los dirigentes de este moderno Califato que desde luego nada tiene que ver con lo que fue en su época el que tuvo su sede en Córdoba, que en lugar de irradiar al mundo violencia se constituyó en fuente de cultura, de innovación y de sabiduría...

Sabido es que el fanatismo religioso solo conduce a la violencia y eso es lo que sembraron los cristianos con las Cruzadas, que llamaran santas, pero eso no puede ser excusa para que siglos después Oriente y Occidente sigan enfrentados por causa de la religión. Por eso lo de ahora, no pasa de ser una bárbara iniquidad.

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