martes, febrero 12, 2013

¡Vaya sorpresa: el Papa renuncia!

A los de mi generación, que nacimos bajo el estruendo y la tragedia de una Guerra Mundial, nos ha tocado vivir de todo, desde el racionamiento de alimentos con su inseparable cartilla a la durísima y gris etapa de la postguerra civil, pasando por la extensión del comunismo y su posterior caida, la llamada Perestroika, el asesinato de un Presidente americano, la expulsión de la Casa Blanca de otro, las guerras de Corea o Vietnam - por citar tan solo algunas de ellas - la transición política en España, la instauración de la Monarquía y la recuperación de la Democracia, la celebración de unos Juegos Olímpicos o una Exposición Universal - la de Sevilla - todo lo cual no está nada mal como experiencia vital...

Pero en grado sumo, el mayor acontecimiento de los nacidos en la década de los años cuarenta, del siglo pasado, lo hemos vivido de la mano de la Iglesia Católica pués quienes vinimos al mundo bajo el Pontificado del enjuto Pio XII, en poco mas de setenta años hemos conocido como Pontífices a Juan XXIII, que con la convocatoria del Concilio Vaticano II provocó una auténtica conmoción en toda la Iglesia universal, Pablo VI, Juan Pablo I, que tan solo reinaría durante treinta y tres días por su repentino fallecimiento, Juan Pablo II, la sorpresa de un Papa llegado desde los paises del Este y Benedicto XVI, el Santo Padre de origen alemán que acaba de sorprender al mundo entero comunicando que con el final de este mes de febrero llegará también el de su Pontificado ya que ha decidido renunciar al mismo por encontrarse sin fuerzas para poder servir a la Iglesia como los tiempos actuales demandan.

Una decisión, sin duda meditada, que tiene su antecedente mas inmediato hace nada mas y nada menos que seis siglos y que a partir de ahora abre el proceso para la elección de quién en los años inmediatamente venideros deberá conducir a la grey católica del mundo, cifrada en alrededor de mil doscientos millones de fieles, y responder a los numerosos problemas que la sociedad de nuestro tiempo plantea y mucho mas en el plano espiritual...

Que los Cardenales acierten en su elección y que Dios ilumine al nuevo Pastor Universal, es lo que cabe desear en este momento, ante tanto comentario sesgado, tanta interpretación gratuita, tanta inquina no disimulada y tanto interés de algunos en aprovechar la renuncia de Benedicto XVI para arremeter contra la Iglesia.

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