No ha sido la primera vez, lamentablemente y mucho nos tememos que tampoco haya sido la última,dada la reiteración con que este tipo de hechos se viene repitiendo en España de unos años a esta parte y singularmente en tierras andaluzas, lo que sin duda supone un auténtico escándalo por el que habría que exigir - uno supone que ya se habrá hecho - responsabilidades a los encargados de la custodia de dicha droga decomisada en acciones llevadas a cabo por la Policía Nacional o la Guardia Civil tras laboriosos seguimientos de los delicuentes que trataban de introducirla en el país por los medios mas diversos...
Pero una vez requisada, la droga depositada en sedes de la Aduana Nacional e incluso en instalaciones policiales, primero en Sevilla y después en Málaga o ahora en Huelva, ha sido robada lo que deja en evidencia no solo su temporal custodia sino la seguridad de los lugares en los que la misma se guardaba en espera de la hora de ser quemada, tras demasiado tiempo de espera para su definitiva eliminación, cuestión esta en la que quizá radique el fallo de un sistema que se ha demostrado ciertamente vulnerable e ineficaz.
Lo cierto es que con estos robos, que para el conjunto de la opinión pública sin duda suponen un escándalo, todo el trabajo de las fuerzas policiales viene a resultar poco menos que inútil en esta materia de la persecución del tráfico de estupefacientes y se pone de manifiesto que algo está fallando para que sea posible que semejantes cosas ocurran; responsabilidad que recae sin duda en el Ministerio del Interior y en cuantos lo dirigen a cualquier escala...
Así es que adóptense las medidas que sean necesarias para terminar con este asunto que ya, por recurrente, además de dejar en muy mal lugar la imágen de España es un grave agujero en nuestro sistema de protección de los ciudadanos y toda una ganga para los cárteles de la droga y las mafias que viven de ella.
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