Por muchas historietas que trate de contar la señora ministra de Trabajo, que hasta la fecha no se ha cubierto de gloria precisamente en su gestión, lo cierto es que a las cifras que argumenta heredadas del Gobierno socialista, le ha añadido ella unos cuantos dígitos mas elevándola - ¡la crisis es la culpable, argumentan todos! - hasta los seis millones de personas que en la actualidad es el record del que puede presumir España ante el resto del mundo, situando su tasa de desempleo por encima del 20%, que ya está bien...
Y por si poco fuera, el colectivo mas afectado por esta indudable tragedia es el de los jovenes, curiosamente los mas preparados de nuestra historia, cuya única salida es la buscarse la vida - nunca mejor dicho - fuera de su propio país, con lo cual además estamos dilapidando uno de los mayores logros alcanzados por nuestra sociedad. Todo un éxito de gestión, de visión política, de programa vendido en la cita electoral y no sigo pues podría deslizar hasta algún merecido insulto.
Y ahora, encima, vendrán los otros diciendo que los buenos son ellos, que estos de ahora no saben gobernar, ni solucionar los problemas del país, ni poner coto a la destrucción de empleo y la retahila de habituales monsergas de la oposición - hoy yo, mañana tu - que tiene a los españoles hasta el gorro y que te lleva a exclamar - aunque en ello se caiga en algunas injusticias - "vaya tela con estos políticos de mierda"...
Dejénse de tanta excusa y de tanto argumento vacío. Escuchen, de una vez por todas el desesperado grito de la calle: ¡¡ Creen empleo!! Que esto se va al carajo, sabe usted señora Ministra...
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