Es evidente que puede ocurrirle a cualquiera y de hecho así pasa todos los días y con cualquiera de nosotros pero eso de lanzarse al vacío sin red , anunciar que se abordará esto y lo otro para venir después, en cuanto uno debe afrontar la realidad de una gestión pública, con sus complicaciones y limitaciones, es asunto cotidiano que deja a mas de un aprendiz de político con su trasero al aire, obligándole a rectificar sus promesas de la campaña para anunciar a la ciudadanía que donde dije digo ahora en el ejercicio de mis competencias públicas me veo obligado a decir diego que es tanto como reconocer que semejante compromiso para captar votos no es mas que palabrería hueca y sin el menor viso de poder convertirse en realidad y si el votante se lo traga, pues mejor...
Algo de esto está pasando ahora - como siempre ocurre tras cualquier convocatoria electoral desgraciadamente - con quienes hace poco mas de cien días llegaron a los Concejos municipales de toda España - alguna excepción habrá, digo yo - y a los gobiernos autonómicos, salvo en Cataluña, que tras anunciar a bombo y platillo la aplicación inmediata de numerosas medidas necesarias han debido luego, el toparse con la cruda realidad de las arcas municipales y por supuesto de la necesidad de respetar las normas establecidas o los compromisos firmados, retractarse públicamente e informar a sus votantes y a los que no lo fueron que aquello que se prometió es imposible que ahora se cumpla. Vamos, ¡un chasco!
Digo esto ya que el capitular encargado del asunto, en el actual gobierno municipal jerezano, no ha tenido mas remedio que reconocer ante los ciudadanos que eso de rescatar el servicio municipal de Aguas, para atender la reclamación aquella de que el líquido elemento no se vende ni por supuesto se privatiza, que tanto eco logró antes de que el anterior Equipo de gobierno municipal lo llevara a cabo, no es posible ya que en las arcas del Ayuntamiento todo es mohina y por tanto no se podría pagar el rescate a la empresa Aqualia, actual titular de dicho servicio en la ciudad y por tanto que de lo dicho no hay nada...
Y es que hablar y prometer sin conocimiento de causa, es desde luego bastante arriesgado. ¿O no?
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