viernes, junio 20, 2014

Feliz reinado, Majestad.

En apenas una quincena, tras el anuncio de abdicación del Rey Juan Carlos, España ha vivido el tránsito de su reinado al del nuevo monarca, su hijo Felipe, que desde ayer jueves ostenta la jefatura del Estado como nuevo Rey Constitucional con el nombre de Felipe VI, al que Dios guarde y al que cabe desear por el bien de todos un largo, fructífero y feliz reinado...

Y esto ha sido posible, sencilla y simplemente por el cumplimiento de las previsiones contenidas en la vigente Constitución española que, aunque ahora algunos pretendan sustituir por un improvisado Referendum, fue aprobada mayoritaria y entusiásticamente por los españoles, culminando el periodo llamado de la Transición que llevaría a nuestro país de la Dictadura del General Franco a la vigente Democracia, una larga etapa de casi cuarenta años - como nunca antes fuera conocida y vivida por nuestro pueblo - gracias al reinado de quién decidió abdicar en su heredero - dando paso a una nueva y mas preparada generación.

Por eso, en esta hora, lo primero por justicia es agradecer a don Juan Carlos su entrega y dedicación para lograr que España llegara a la Democracia de que disfruta, al margen claro está de errores propios y ajenos de su entorno familiar y reconocer que en estos años ha ejercido la mas alta Magistratura de la Nación con el continuado afán de servirla y de lograr que ocupara el papel que por su historia le corresponde en el concierto mundial y naturalmente también de formular los mejores votos para que el joven Rey acierte en su papel que como arbitro y moderador le corresponde para que volvamos a la senda del consenso y del común afán por alcanzar las cotas de progreso, transparencia, justicia y libertad que anhelan mayoritariamente los españoles...

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