lunes, junio 23, 2014

Democracia virtual.

La falacia, que desde ciertos sectores oficiales de la izquierda - puesto que cobran del Presupuesto del Estado, aunque hábilmente quieran desmarcarse de ello - y otros tantos que desde una posición anti sistema propugnan la misma teoría, que trata de trasladar a la opinión pública, la afirmación de que las urnas no sirven para nada y que el poder está en la calle está causando un daño evidente al concepto de democracia ya que al llover sobre mojado - la corrupción política ha originado la desconfianza de los ciudadanos hacia sus representantes - no son pocos los que aceptan semejante teoría que no por disparatada resulta menos peligrosa pues pretender sustituir el voto en la urna por el voto virtual,  como acaba de consagrar  - perdón por el uso de expresión tan religiosa - el conglomerado Podemos para designar su Comité organizador utilizando para ello la red de Internet es todo un ataque a la línea de flotación de lo que se entiende por Democracia...

Si a esto se unen las consecuencias derivadas de la crisis que según Zapatero no existía y que nos ha estallado en pleno rostro, la incorporación de centenares de jóvenes desde luego con un notable bagaje de formación pero escasos de experiencia vital y política, el bajo nivel de formación de una importante base de nuestra población, que por desgracia reacciona mas que razona ante ciertos acontecimientos de la sociedad en la que viven, la machacona insistencia de no pocos Medios de Comunicación aireando manifestaciones, protestas y algaradas bien por intereses espúreos, bien por una absoluta irresponsabilidad, no puede extrañar que semejante argumento sea aceptado por bastantes personas que piensan que en la utilización de las llamadas redes sociales, el envío de mensajes a través de Internet o la protesta callejera ante cualquier cosa que se mueva puede estar la solución de nuestros problemas.

Claro que esta forma de proceder tiene en si misma el riesgo de que finalmente podría volverse en contra de quienes la practican y tratan de instalarla en nuestra sociedad, así que mucho cuidado con lo que se practica y con lo que se dice pues podría ocurrir que llegara a volverse en contra de todos aquellos partidos y dirigentes que se han erigido en representantes de un pueblo que en modo alguno les ha otorgado semejante mandato. ¡Cuidadito por tanto!

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