Menos mal que se acabó lo que se daba y que a partir de ahora, al menos por un tiempo, nos dejarán en paz a los sufridos ciudadanos que bastante tenemos con aguantar los recortes salariales, la congelación de las Pensiones, la incertidumbre de esa familiar que sin conocerla siquiera se nos ha instalado en casa; la llamada prima de riesgo, que por sus repercusiones negativas nos ha tenido al borde de un ataque de nervios; y toda esa secuela de consecuencias que desde que el visionario Zapatero la negara nos ha traído la dichosa crisis...
Menos mal, ya digo, que se acabó el insoportable latazo que ha supuesto la impresentable campaña de nuestros Partidos Políticos para el Parlamento europeo, en la que lo que de menos se ha hablado ha sido precisamente de la Comunidad o ¿Unión? europea y cuyo discurso repetitivo de unos y otros, de la izquierda más radical a la derecha más cavernícola, ha consistido en poner a caer de un burro a los contrarios que por lo visto es lo que aquí de verdad importa a todos ellos.
Por eso, a partir de esta absurda jornada de reflexión de mañana sábado, respiremos tranquilos pues nuestros políticos y sus organizaciones nos dejarán en paz por un breve período de tiempo y se dedicarán a perpetuar sus privilegios, a mantener este imperfecto sistema electoral, a tratar de mantenerse por el mayor tiempo posible en la poltrona y a seguir volviendo la espalda a los problemas reales que afectan a todos y cada uno de sus conciudadanos, cosa que al parecer les importa bien poco...
Al menos, esa es la sensación que nos queda al contemplar la realidad en la que estamos inmersos.
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