Esta, sin duda, ha sido la Feria del viento, del dichoso viento de Levante y por supuesto del calor a mediodía lo que sin duda ha retraído al personal y ha dejado el "real" bastante huérfano de público los primeros días del festejo cuya duración sigue siendo excesiva y aunque el año anterior - por aquello de la crisis - se redujo su celebración en este se ha vuelto a caer en el exceso que impusiera el Alcalde "enorme" como si eso de durar mas que nadie fuera razón suficiente para encumbrar la fiesta por excelencia jerezana...
Pero además del viento y de la sequía de las carteras - por mucha recuperación que se venda por parte del partido gobernante - lo cierto es que nuestra Feria ya no es lo que era y nadie al parecer - incluidos los Medios de información - se quiere dar cuenta de ella y pocos son también los que se atreven a denunciar la cochambre de los jardines de la Rosaleda, convertidos en zona de movida alternativa a la propia Feria y donde entre bolsas de plástico, litronas, botellas de whisky o ron alguna que otra navaja ha salido de un bolsillo con ánimo pendenciero y eso sin hablar de que la pared de la acera de los chalets de la Avenida Alcalde Álvaro Domecq, entre los coches aparcados encima, se ha transformado en un nauseabundo meadero de jóvenes y jovencitas poco recatadas que por lo visto no tenían mejor lugar para evacuar sus orines que esta arteria principal de nuestro pueblo.
No hablamos de las llamadas Casetas de la zona para jóvenes, que vienen siendo un problema al que nadie se atreve por lo visto a poner remedio desde hace bastante años, ni de que por mucha apisonadora que se pase, el albero sigue siendo causa de bastantes molestias en una ciudad como la nuestra donde cuando no es el ya citado Levante es el Poniente sino que, además nuestra principal fiesta ha sumado como aspectos negativos este año lo anteriormente comentado lo que sin duda es motivo de preocupación y debiera ser causa de profunda reflexión de los políticos responsables, antes de que la Feria se les acabe de ir de las manos...
O sea, que menos fotitos con catavino incluido en la mano, menos tópicos y mas cuidar algo que en si mismo necesita que no se toleren ciertos excesos para seguir como ha sido siempre: elegante y hermoso.
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