La necesidad de poner coto a la tremenda deuda de nuestro país ha obligado al Ejecutivo, tras la medidas de ahorro adoptadas ya con anterioridad, a presentar un proyecto de Presupuestos para el próximo año que muy bien podríamos calificar como presupuesto de guerra pues a los recortes que ya se han aplicado desde que el actual Ejecutivo tomara posesión, vienen a unirse ahora mas impuestos, menos dotación de los distintos Ministerios, menos gasto en infraestructuras, es decir mas sacrificios para el conjunto de los ciudadanos y menos posibilidades de incentivar la maltrecha economía del país...
Y es que, guste o no, dañe - que lo hace - la imágen del Partido en el Gobierno, suponga un paso mas hacia una situación desesperada, la realidad de nuestras cuentas públicas - las del Estado y ¡ojo! las de las Autonomías también - es ciertamente dramática y ello aumenta la incertidumbre de los Mercados, la presión de los mismos sobre la rentabilidad de los valores que cotizan en nuestra Bolsa y ponen la prima de riesgo ante la tesitura de subir hasta límites verdaderamente insostenibles, lo que obliga sin duda a presentar semejante Presupuesto.
Un auténtico callejón sin salida ante el que por muchos días que pasen no acaban nuestros responsables políticos de acertar en la aplicación de posibles soluciones, debatiéndose en la permanente duda de si antes fué el huevo o la gallina, es decir, si lo prioritario es reducir como sea la deuda o por el contrario incentivar, como sea también, la actividad económica y con ella lograr una paulatina e inaplazable reducción de la terrible tasa de paro que padecemos...
Y ante esta incertidumbre surge inevitablemente la pregunta, sobre todo al contemplar como cada Autonomía se coloca a la defensiva con respecto a las medidas que el Gobierno central adopta, como alguna de las llamadas nacionalidades reclama incluso su proceso de independencia - lo que no ayuda para nada a mejorar la imágen que desde fuera tienen de la actual España - si acaso finalmente la solución a todo este embrollo y a la palmaria insolidaridad de algunos con respecto a España no pasará por la intervención de nuestro país, como ha ocurrido ya con otros de nuestro entorno.
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