miércoles, septiembre 12, 2012

Vendimia breve y ruidosa...

Tuvo lugar en la tarde de ayer la ceremonia, vistosa y tradicional, de la "Pisa de la uva", con motivo de la Fiesta de la Vendimia, en el magnífico marco del reducto alto de la Catedral jerezana y ese acto, que puso nuevamente de manifiesto la belleza y la esencia de las faenas bodegueras, que habría que conservar y transmitir a futuras generaciones como fuera, fue "sonorizado" otro año mas por el estruendo provocado por un grupo de manifestante que de esa forma querían hacer patente su protesta por los impagos de sus salarios y por los despidos de sus puestos de trabajo...

No tenían culpa de ello ni el sacerdote que rezaba y bendecía el fruto de la uva, ni los músicos de la Banda Municipal, ni el conductor de dicha ceremonia, ni por supuesto los jerezanos y forasteros que acudieron a la convocatoria, pero ya se sabe que los problemas tantas veces obnubilan la mente y propician estas lamentables actitudes que finalmente, y para desgracia de quienes las protagonizan, no sirven para nada, pero así son las cosas y así suceden provocando, por ejemplo, que ni se respete la interpretación de los himnos de Andalucía y de España.

Pero, ya digo, la "Pisa de la uva" me trajo a la memoria ese ramillete de faenas bodegueras, que aquí como en ninguna otra parte, deberíamos tratar de preservar - "pisadores", "trasegadores", "arrumbadores", "toneleros", por citar tan solo algunos de los oficios - compaginando el inevitable progreso de las tecnologías con la defensa de una tradición que lamentablemente se va perdiendo y que tal vez actualizada y adecuada a estos tiempos permitiría no solo perpetuarla sino convertirla en nueva fuente de trabajo y riqueza. Todo sería estudiarlo a fondo y atreverse a intentarlo...

Claro que cuando uno contempla esas enormes máquinas que realizan la vendimia por la noche, no solo piensa en la mejora de las condiciones de trabajo para aquellos que antaño lo hacían a pleno sol sino en como aquel inmenso número de trabajadores, muchos de ellos temporeros, ha quedado reducido a la mínima expresión en nuestros días y en como en apenas un suspiro la uva queda recogida para ser transportada al lagar. Y es que, sin duda, son otros tiempos.

No hay comentarios: