jueves, febrero 17, 2011

El ciudadano no quiere peleas partidarias...

Pero es que no se acaban de enterar y siguen, erre que erre, empujándose unos a otros, clavándose puñales por la espalda - en el más metafórico sentido, desde luego -, anteponiendo filias y fobias personales a la normal aplicación de postulados ideológicos de la formación en que militan, tratando de poner zancadillas a quienes no les gusta, les molesta o simplemente por el hecho de que, en algún momento, o ante una determinada coyuntura les haya cantado las cuarenta...

Y así nos va, en uno y otro lado, demostrando al ciudadano - a la postre votante - que el cainismo político existe y es, sin duda, una de las principales rémoras de nuestro actual sistema y causa de que en lugar de emplear el tiempo en hacer de la acción política el arte de lo posible nuestros dirigentes, nuestros cargos públicos - que bien que lo cobran precisamente de las arcas de todos - se enreden en una estéril pugna, en un pugilato que a lo peor les sirve puntualmente para acceder a una lista o a un cargo, pero que a la postre les condena a un evidente distanciamiento de aquellos a quienes dicen gobernar.

Pero al parecer es lo que les interesa y lo que les importa, sin darse cuenta de que el ciudadano no quiere peleas partidarias y, salvo en raras ocasiones, lo acaba demostrando cuando, solo ante la urna y su conciencia, deposita su veredicto..., ¡perdón! he querido decir, su voto.

Veremos si esta vez también ocurre lo mismo. A mayo me lo fiáis

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