Tal día como hoy, del pasado año, publicábamos en este Blog el comentario titulado "Tiempo de pausa" anunciando que, con la llegada del mes de Agosto, nos proponíamos hacer un punto y seguido en nuestros habituales comentarios, al igual que ya en 2006 habíamos hecho tambien, al entender que es el mes vacacional por excelencia, que no pocos seguidores habituales de la Blogosfera cambian incluso, aunque sea temporalmente, de lugar de residencia y no suelen navegar por Internet y que quien escribe tambien requiere parar un poco y poner en orden sus ideas para afrontar, a partir de septiembre, un nuevo curso...
Y eso mismo es lo que hoy hacemos. Un alto en el camino para respirar aire puro, disfrutar de la naturaleza, llevar a cabo actividades no habituales durante el resto del año y cargar las pilas que la travesía de los once meses restantes, en caso contrario, suele resultar bastante larga.
Claro que ello no nos librará, ni a ustedes lectores ni a mí, de los desaprensivos que con sus autoradios a todo volumen nos salgan al paso por calles y plazas de la ciudad con sus discotecas rodantes, ni de esos vecinos tan hispánicos que todo lo tienen que hablar a voces, en la terraza de al lado de nuestra casa, ni de los improvisados deportistas playeros que tienen que molestar a cuantos se sitúan a su alrededor, con las paletitas y la pelotita de tenis o con el balón de reglamento, ni de los intrépidos pescadores que lanzan, sin ningún miramiento, sus anzuelos en pleno centro de la playa exponiéndose a que cualquier persona pueda sufrir un absurdo accidente, especialmente los niños, ni los que con su tabla surfean en la misma orilla, en lugar no reservado para dicho menester,ni de quienes quieren tanto a su perro que, incumpliendo las prohibiciones establecidas, lo tienen que pasear entre los bañistas de una playa, ni de mil y una formas mas de fastidiar al prójimo que, precisamente en verano, se hacen más patentes que nunca...
Pero, a pesar de estos obsequios de nuestros convecinos más solidarios y civilizados, aprovechemos Agosto para detener nuestro apresurado deambular de cada día y disfrutar de pequeños lujos como la brisa el mar, la caricia de los rayos solares - con moderación desde luego - la cerveza bien fría, el tinto de verano o la copa de fino por cuyo cristal resbala una gota de agua helada...
Con ella brindo por que tenga usted, amigo lector, unas buenas vacaciones y hasta dentro de algunas semanas.
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