Nunca aceptaré que ninguna ideología política se apodere de los símbolos con los que se identifica España. Y mucho menos que, con cualquier pretexto, algunos confundan esos símbolos con las antidiluvianas representaciones que de los mismos se hizo en el pasado, es decir, en el régimen dictatorial del que disfrutamos durante cuarenta años, tras una cruenta e incivilizada guerra civil, que - en expresión de un Ministro de aquella época, por cierto aglutinador de la derecha en nuestra actual democracia - nos hizo diferentes al resto de los europeos.
Pero de eso a tener pudor, miedo o verguenza de hablar de España, de llamarnos Nación, de lucir con orgullo la bandera roja y gualda, de cantar el himno - ¿A que se espera para ponerle una letra que todos los españoles bien nacidos puedan cantar a pleno pulmón y no tararear la música, como habitualmente viene ocurriendo de un tiempo a esta parte, como si de una "chuflilla" se tratara, en las previas de los partidos de fútbol...?- hay todo un abismo que mucho nos tememos que pasa desde que en algunas zonas de nuestro país se valora más - mucho más - lo local y provinciano, que el concepto que nos identifica, en la comunidad internacional, como una realidad incontrovertible y reconocida, quieran o no los llamados nacionalistas, con catalanes, vascos y gallegos a la cabeza.
Viene este comentario a cuento ya que parece haber levantado una auténtica polvareda de comentarios y críticas, de abierta censura en suma, la marea de banderas españolas que, el pasado fín de semana, inundó calles y plazas de Madrid en señal de protesta por la inasumible excarcelación del sanguinario asesino De Juana Chaos.
¿Es que acaso a algunos molesta que se hable de España?
¿Acaso la izquierda progresista ha encontrado un sustitutivo para nuestra Nación o detenta la exclusiva de la palabra España?
¿No puede un partido de derechas, como el PP, lucir con orgullo los símbolos que nos identifican, siempre que no los utilice con sentido partidista?
Nuestro país, que en tantas cosas lo demanda - terrorismo, justicia, enseñanza, etc. - está pidiendo a gritos un consenso de todas las fuerzas políticas sobre la propia esencia e identidad de España, que la deje al margen, de una vez, de la confrontación partidista de unos y de otros.
Pero antes, seguro, habrá que comenzar por regenerar esto que ahora llamamos democracia...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario