Y el efecto, desde luego, fué multiplicador, alentado posteriormente por las grabaciones de los discos de villancicos de la Caja de Ahorros jerezana, cuyas contraportadas donde figuraba el texto de las coplas, debidamente fotocopiadas, servían a modo de partituras para que finalmente todo el mundo se decidiera a cantarlas a pleno pulmón.
Y de aquella meritoria labor de rescate a este momento en que no hay Peña, Hotel, Restaurante, Hermandad, Medio Informativo, Bar o Grupo de amigos que no te convoque, desde mediados de noviembre al día de mañana, a su particular Zambomba - que no "zambombá", como dicen los sevillanos y gentes de otros lugares -, confundiendo lamentablemente lo que sería - como dicen los modernos - una tocada de dicho instrumento con la esencia de la celebración navideña de Jerez, que consiste precisamente en reunirse en torno a la zambomba y junto a la fogata para cantar la Navidad con villancicos, viejos romances y hasta picarescas tonadas pues no se puede olvidar el carácter popular de esta manifestación por encima de consideraciones estrictamente religiosas...
Por eso es patrimonio de nuestro pueblo, que hay que fomentar pero a la vez preservar pues la excesiva proliferación puede terminar perjudicando esta ancestral costumbre y si sabemos hacerlo - al igual que con la instalación de Nacimientos - la celebración de la Navidad puede ser uno de los mayores motivos de atracción turística de Jerez.
Que así sea...
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