De Grecia ahora no habla nadie en nuestro país y supongo que en casi el resto del Continente europeo y es que de aquel pulso del tal Alexis Tsipras, ese ingeniero metido a radical de la política helena con su partido que según proclamaba a gritos doblaría el pulso a la Unión Europea y a todos sus líderes, especialmente a los de derechas, se ha pasado en la práctica a una situación de olvido tras tener el citado que plegarse a todas y cada una de las exigencias de los socios europeos de los griegos para que el Banco Central les prestara el dinero necesario para que pudieran atender al pago de su inmensa deuda y, de paso, pagar pensiones, salarios de los funcionarios y un largo etcétera que ya todos conocemos...
Así que de la petulancia inicial a la realidad solo existe - y así lo ha podido comprobar el señor Tsipras - una realidad incontrovertible que no es otra que cuando uno forma parte de un Club no tiene mas remedio que aceptar y cumplir sus normas ya que de lo contrario es uno expulsado sin remedio y eso es lo único que le faltaba a los griegos, después del desastre que en su economía habían originado los gobiernos precedentes al de Syriza pues de nada valen en situaciones similares los gritos demagógicos, las promesa incumplibles y las fantasías a las que algunos llamados políticos son tan aficionados.
¿Le suena a usted, amigo lector, este panorama externo que acabo de describir? Pues aquí, motivado desde luego por la actuación de las fuerzas políticas tradicionales - PSOE, PP e IU, además de los nacionalismos - hemos llegado a un momento en que se nos plantea la encrucijada de optar por partidos y políticos bastante similares a los aventureros griegos o afrontar una profunda reforma de nuestra gobernanza que impida la corrupción y fortalezca la transparencia, la eficacia y la unidad del Reino de España, tan amenazada en esta hora...
Esperemos que la cordura se acabe imponiendo...
Así que de la petulancia inicial a la realidad solo existe - y así lo ha podido comprobar el señor Tsipras - una realidad incontrovertible que no es otra que cuando uno forma parte de un Club no tiene mas remedio que aceptar y cumplir sus normas ya que de lo contrario es uno expulsado sin remedio y eso es lo único que le faltaba a los griegos, después del desastre que en su economía habían originado los gobiernos precedentes al de Syriza pues de nada valen en situaciones similares los gritos demagógicos, las promesa incumplibles y las fantasías a las que algunos llamados políticos son tan aficionados.
¿Le suena a usted, amigo lector, este panorama externo que acabo de describir? Pues aquí, motivado desde luego por la actuación de las fuerzas políticas tradicionales - PSOE, PP e IU, además de los nacionalismos - hemos llegado a un momento en que se nos plantea la encrucijada de optar por partidos y políticos bastante similares a los aventureros griegos o afrontar una profunda reforma de nuestra gobernanza que impida la corrupción y fortalezca la transparencia, la eficacia y la unidad del Reino de España, tan amenazada en esta hora...
Esperemos que la cordura se acabe imponiendo...
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