No es tan solo por la ausencia de Buba, el elefante o por la anunciada muerte del tigre blanco Kiyosu, durante tantos años emblema indiscutible de este parque jerezano, del que tanto presumió la ciudad y con justificados motivos desde luego, sino que por otros muchos síntomas y carencias, tal vez por una gestión excesivamente introvertida, desde el punto de vista del marketing y la publicidad - tan necesaria para darse a conocer y captar clientela - es evidente que el Zoológico "Alberto Durán Tejera" se encuentra en preocupante fase decadente que alguien debería tratar de atajar y cuanto antes.
Tal vez el problema venga de lejos, de aquella tendencia megalómana que invadió Jerez hace ya algunos años, que proyectaba iniciativas y las convertía en realidad, magníficas realidades a veces - como el relanzamiento de esta instalación -, pero a las que no se dotaba de la base necesaria para supervivir en el tiempo y ya se sabe lo difícil y costoso que es mantener abierto un Zoológico, con la calidad y categorías necesarias, como para que se convierta en un motivo de atracción turística permanente para la ciudad y sobre todo para el entorno de esta...
Por eso la muerte o el traslado a otros lugares de animales que han sido, sin duda, referentes para el público, que han llegado a convertirse en símbolos de los Amigos del zoo y motivo más que suficiente para generar por si solos las visitas de miles de personas de todas las edades es razón suficiente para que por parte del Ayuntamiento se proceda, y con urgencia, a analizar que es lo que está sucediendo y se trate de adoptar medidas para salvaguardar este atractivo de la ciudad ya que de otro modo podemos estar asistiendo a su languidecimiento definitivo como ya ha ocurrido con instalaciones similares en otras poblaciones españolas.
Y sería penoso que Jerez dejara perder también su zoológico, como tantas otras cosas que aquí fueron y ya no existen...
2 comentarios:
DIGA ALGO QUE NO ESTÉ EN DECADENCIA AQUÍ EN JEREZ
Creo que bastantes cosas, afortunadamente, aunque con respecto al Zoológico, los Museos de La Atalaya, o el Arqueológico y no digamos sobre las perspectivas laborales de la ciudad, la verdad es que la decadencia es patente...
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