Una fiesta devaluada la de San Dionisio, el Patrón, este año. Con aguacero previo incluído, cuatro gatos - dicho sea sin ánimo de ofender a nadie - en la Iglesia parroquial que lo tiene por titular y bajo la triste sombra de una reliquia histórica extraviada, no se sabe ni donde ni cuando, aunque haya estado, como viene ocurriendo desde la década de los ochenta del siglo pasado, la moderna y desproporcionada réplica que se le hiciera a la enseña que Jerez, junto con Lorca, conquistara en buena lid en tiempos pretéritos, a la que como ya dije en su día se le transfirieron todos los honores, prerrogativas y méritos que le correspondían a la original, aunque ello no la exime de su modernidad...
Escribía sobre este mismo asunto a mediados del pasado mes de julio, cuando se aireó la pérdida del Pendón, llamado por el pueblo "el rabo de Gallo", aunque esta fuera denominación que heredara del primitivo y légitimo, conquistado en campo de batalla, para mostrar el desagrado por semejante extravío; todo un atentado a la propia historia de la ciudad de Jerez e insinuar algunas posibles pistas sobre su imperdonable desaparición.
Lo hago hoy nuevamente, una vez confirmada la pérdida, para reclamar que sobre los responsables de semejante agravio caiga, si no el peso de la Ley - en la que no se donde pudiera encajar este atentado histórico - si al menos la pública verguenza de ser los autores dando a conocer sus nombres - entiendo que el demerito corresponde a varios - de tamaño atentado contra las raíces históricas de nuestra ciudad.
Claro que con el entusiasmo evidenciado por la ciudadanía en la conmemoración patronal, así es posible cualquier cosa...
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