Hasta siempre, amigo Mauricio...

Siempre que alguien fallece, sea quién sea, sufrimos sin duda una pérdida irreparable y especialmente quienes formaron parte de su familia, de su círculo de amistades y relaciones, de su ámbito de trabajo, de su participación en cualquiera de las actividades con las que intervenimos todos nosotros en la sociedad, pero si quién nos deja para siempre es esa persona que se ha caracterizado por su elegancia, su hidalguía, su sencillez, su inteligencia, su dedicación a cuanto contribuye al progreso de la ciudad en la que vivimos, a alguna obra benemérita como es la que lleva a cabo Cruz Roja, en el caso que nos ocupa, entonces debemos lamentar la ausencia de un ser que, en una u otra medida, supo dejar profunda huella en nuestro corazón...

Ha fallecido ese jerezano Predilecto, por determinación del Ayuntamiento de la Ciudad, que habiendo nacido en la lejana Inglaterra trabajó tanto por nuestro pueblo que mereció tal distinción, que en su tenaz dedicación por la conservación de la Naturaleza y especialmente de Doñana fué reconocido internacionalmente, que como bodeguero y Presidente en un tiempo de la firma González Byass dejó una estela imborrable de bonhomía que perdurará evidentemente a lo largo del tiempo y sobre todo a quienes tuvimos la gran suerte de poder tratarle en vida.

Y es que con la muerte de Mauricio González-Gordon Díez, cuyo sepelio tuvo lugar en la desapacible mañana de ayer, no solo la ciudad de Jerez ha sufrido la pérdida de un señor en toda la extensión de la palabra, sino que quienes nos gozamos con la sabiduría de su conversación, con su inteligente humor, con su afectuoso trato, de su amistad en suma, deberemos lamentar una ausencia imposible de superar...

Descanse en Paz.