Por imperativo legal...

De un tiempo a esta parte, por lo que vemos y escuchamos a través de los Medios de comunicación, cada vez que se produce cualquier acto de toma de posesión de algún cargo, sea de Parlamentarios, Consejeros o Concejales, se ha puesto de moda esa coletilla de prometer "por imperativo legal", para que quede bien claro ante los ciudadanos, correligionarios u opositores políticos que se accede al puesto de que se trate, pero que se tienen escrúpulos por aceptar los términos de la formula de promesa o juramento, que suele hablar de la Constitución, del Rey, de la vigente legislación y de otros temas similares, no vaya a ser que otros piensen que el "prometedor" se está amoldando al sistema...

Ya digo, esto se ha hecho tan habitual que incluso ni le prestamos atención y desde luego no le concedemos la menor importancia, aunque a quién esto escribe le queda la seria duda de si tantos remilgos por parte de algunos políticos - o que juegan a serlo - se muestran también a la hora de percibir sus suculentos emolumentos de parlamentarios, consejeros o concejales que naturalmente recibirán de forma habitual cada mes, tras posesionarse de su puesto ya que dicho dinero les proviene del sistema, jerarquía y legislación a la que no han querido mostrar el respeto debido a la hora de su toma de posesión.

Pero así sucede y así se tolera, en una evidente demostración de ese esperpento en que nuestra clase política ha llegado a convertir, en tantos aspectos, la cotidiana actividad de las Instituciones y con ella la propia Democracia, de los servidores públicos y de sus cargos, de cualquier instancia, aceptándose como normal esos escrúpulos sobre la necesidad de que públicamente, quién pretende desempeñar un cargo de la Administración, manifieste su respeto y su consideración por el marco legal que sustenta el Estado y del que, ya digo, van a percibir durante el desempeño de su puesto, suculentas retribuciones...

Así es que menos "imperativo legal", que se les ve el plumero.