Hace ya algunos años, en todas las ciudades del mundo y en la nuestra, naturalmente, también, comenzaron a llenarse las paredes de murales con imágenes muy diversas, de las que se dijo que eran una muestra de arte callejero, una forma de embellecer muros y tapias, hasta entonces abandonados, sucios o llenos de restos de carteles y hasta se aseveró que esta creaciones de artistas anónimos representaban una plausible muestra de la libertad de expresión...
Pero, por lo visto, cuando la política media en el asunto, ya de todas estas afirmaciones, nada de nada, como acabamos de comprobar en nuestro pueblo, donde un mural, para el que se había solicitado el necesario permiso de quien corresponda y en el que aparecía la imágen de un anterior alcalde, concretamente de Pedro Pacheco, ha sido tachado, vamos, borrado inmediatamente, con el pretexto de que los graffitis no están para fomentar la propaganda política.
Y digo yo, ¿y la publicidad institucional que se paga con dinero de todos los ciudadanos, si? ¿Y las páginas web de los Ayuntamientos, que igualmente salen del presupuesto, tambien? ¿y los actos oficiales de las Corporaciones, igualmente?
Total, que para unas cosas y para algunas personas, no existe el concepto de propaganda política y para otras si, por lo que se ve o mejor dicho, por lo que se ordena borrar, en un rídiculo acto de represalia.
Lamentable, pero cierto...en Jerez.
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