Los ciudadanos, con su decisión ante las urnas, tienen la palabra mañana en las elecciones generales convocadas para abrir una nueva legislatura, tras la siempre repetitiva y pesada campaña electoral que en esta ocasión, además, ha resultado a veces bastante dura, crispada e incluso mal educada pues lo último que debería perder un candidato es al respeto por sus contrincantes y este año alguno ha franqueado esa línea roja no escrita pero que sin duda existe o debe existir en toda democracia que se precie de tal...
Pero la influencia de las encuestas que van poniendo a cada uno en su sitio, conforme la campaña avanza, las andanadas contra el proyecto propio que las restantes fuerzas políticas lanzan como argumento para que se valore lo suyo y se castigue lo que los demás proponen, produce finalmente esas reacciones nerviosas que finalmente pueden volverse contra quienes las tienen y de hecho así ha sucedido en ocasiones precedentes.
Lo cierto es que culminada la Campaña, los españoles estamos ante las urnas con el dilema de acertar en la elección de aquellos que deberán gobernarnos en los próximos cuatro años, con la novedad añadida de que ahora, al contrario que en anteriores ocasiones, no solo cuentan para poder formar gobierno los partidos tradicionales que desde 1977 se han alternado al frente del Ejecutivo sino que existen un par de fuerzas llamadas emergentes que según los estudios demoscópicos podrían también acceder a tan alta responsabilidad, así es que todo está por ver...
La suerte por tanto está echada y somos nosotros, con nuestro voto, los llamados a concretarla. Mañana es el día...
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