Es algo que se ha quedado antiguo y sin embargo se sigue practicando por los amigos de la broma chusca que ellos creen original y se empeñan en mantener viva un año y otro y el siguiente también, colocando el habitual muñeco de papel en la espalda del confiado amigo que ni recuerda el día que es, publicando en el diario local que los Circos pretenden poco menos que demandar al Ayuntamiento por haber declarado la ciudad territorio amigo de los animales o anunciando la bomba de que el intocable Pregón de la Semana Santa tendrá este año próximo que emigrar del Teatro Villamarta, dada la situación económica de la Fundación de dicho Coliseo. Chusco, ¿verdad? pues así es y así se perpetua la tradición de la inocentada de este 28 de diciembre al que aún le quedan varias horas de vida...
Ya hubo en Jerez, hace años y promovido por una Emisora de radio local el intento de poner coto - lo de erradicarlo se suponía bastante difícil - a esto de la inocentada, cambiando la broma por acciones positivas y desde la antena de la misma se lanzaron no pocas iniciativas que tuvieron muy buena acogida y que actuaron como contrapeso de la bromita habitual, aunque no se consiguió el objetivo final que se perseguía como hemos podido comprobar hoy mismo.
Y no es que la inocente inocentada tenga nada de malo, salvo el ridículo al que somete a quién es objeto de la misma pero si se hubiera logrado que el tiempo y el esfuerzo destinados a idear y concretar una broma se hubieran empleado en concebir acciones en beneficio de los demás, en cohesionar a la sociedad, en ayudar a quienes mas lo necesitan, en llevar alegría a quienes se encuentran tristes, en superar la soledad de aquellos que no tienen mas compañía que sus propios pensamientos, seguro que el balance final de este 28 de diciembre resultaría mucho mas entrañable y rico en contenido que limitándose todo a clavar un monigote de papel, sea de manera figurada o real, en la espalda de un confiado amigo o conocido.
¿O acaso no?
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